Introducción

Las runas son un antiguo sistema de adivinación utilizado por los pueblos germánicos desde la Edad de Hierro. Este sistema está compuesto por un alfabeto y cada letra o símbolo tiene un significado específico. En este artículo vamos a explorar la relación entre las runas y los árboles, dos elementos que están estrechamente relacionados en la tradición nórdica.

La importancia de los árboles en la mitología nórdica

En la mitología nórdica, los árboles juegan un papel muy importante. El árbol del Mundo, Yggdrasil, es el eje del universo y conecta los nueve mundos de la cosmología nórdica. Yggdrasil está compuesto por tres raíces, una en Asgard, la morada de los dioses, otra en Jotunheim, la morada de los gigantes, y la tercera en Niflheim, la morada de los muertos. Las tres raíces simbolizan el pasado, el presente y el futuro. Además de Yggdrasil, otros árboles tienen un significado especial en la mitología nórdica. El fresno es el árbol sagrado de Odín, el dios principal de la mitología nórdica. Odín sacrificó uno de sus ojos para beber del pozo de la sabiduría, Mimir, que se encuentra bajo las raíces del fresno. El fresno es también el árbol del que se tallaron las primeras runas. El roble también era un árbol importante en la mitología nórdica. Thor, el dios del trueno, utilizaba su martillo para golpear los robles y asegurar la protección de su pueblo. Además, los vikingos consideraban que un roble era un símbolo de poder y sabiduría.

Las runas y los árboles

La relación entre las runas y los árboles es estrecha. Según la mitología nórdica, las primeras runas se tallaron en las ramas del fresno. Odín se colgó de las ramas del fresno durante nueve días y nueve noches para obtener el conocimiento de las runas. Durante este tiempo, el viento sopló las ramas del fresno y Odín las interpretó como símbolos mágicos. Cada runa tiene una conexión específica con un árbol. El alfabeto de las runas se llama Futhark, que es una palabra formada por las primeras seis letras del alfabeto (F, U, TH, A, R y K). Cada una de estas letras se asocia con un árbol específico. La letra F se asocia con el abedul, la letra U con el olmo, la letra TH con el tejo, la letra A con el fresno, la letra R con el roble y la letra K con el abedul. Cada árbol tiene un significado específico y se cree que esa energía se transmite a la runa. El abedul, por ejemplo, se asocia con el inicio, la purificación y la renovación. El olmo se asocia con la estabilidad, la protección y la conexión con los antepasados. El tejo se asocia con el renacimiento, la transmutación y la magia. El fresno se asocia con la sabiduría, la conexión con lo divino y la protección. El roble se asocia con la fuerza, la resistencia y la longevidad. Y el abedul se asocia con la iniciación, la purificación y la renovación.

La lectura de las runas y los árboles

La lectura de las runas es una práctica de adivinación en la que se utilizan las runas para obtener respuestas a preguntas específicas. Las runas se mezclan y se saca una o varias, que se interpretan según su posición y su significado. Además del significado asociado con cada letra, se cree que la energía del árbol correspondiente también influye en la interpretación. Por ejemplo, si se saca la runa F, que se asocia con el abedul, en una posición relacionada con el inicio o el comienzo de algo, se interpreta como un buen augurio para empezar un proyecto o una nueva etapa en la vida. También se cree que el significado de las runas cambia según su posición en relación con los árboles. Por ejemplo, si una runa se saca cerca del fresno, se cree que esa energía está relacionada con la sabiduría y la conexión con lo divino. Si se saca cerca del roble, se cree que la energía está relacionada con la fuerza y la longevidad.

Conclusión

En resumen, las runas y los árboles están estrechamente relacionados en la mitología nórdica y en la práctica de adivinación. Cada letra de las runas tiene un significado específico y está asociado con un árbol particular. La lectura de las runas implica tener en cuenta no sólo el significado de la letra, sino también la energía del árbol correspondiente. Esta conexión especial entre las runas y los árboles es una muestra más del profundo respeto que los pueblos germánicos sentían por la naturaleza y su sabiduría.